sábado, 24 de noviembre de 2012
Cada vez me importas menos o eso digo cuando bebo.
Salir de copas. Emborracharme. Beber hasta olvidar. No parar de reír. Y de repente llorar. Sonreír a la gente con la mirada mojada. Reírme de lo mal que me fue hasta ese momento. Sentarme en el suelo con la botella en la mano. Suspirar. Y llorar al mismo tiempo. Intentar buscar una solución para olvidar, obviamente inexistente, y concienciada de que al llegar a casa al día siguiente absolutamente todo seguirá igual, segura de que al llegar sabré que todo ha sido un paréntesis en mis pensamientos.
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